El referéndum de los ricos donde también “aparecen” los pobres

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Hoy, leyendo los periódicos, descubrimos algo —perdón por la ironía— realmente increíble, inesperado y realmente sorprendente. Que de todos los referendos, el que tuvo más votos negativos en una consulta en la que generalmente participan quienes quieren votar "sí", fue el de reducir el plazo para obtener la ciudadanía de 10 a 5 años. Por lo tanto, el tema también divide a la izquierda. Porque, aunque erróneamente, es un tema vinculado a la cuestión de las segundas generaciones, la seguridad, etc. ¿Y qué leemos en los datos, también aquí, que nos sorprende como si hubiéramos descubierto agua caliente? Que en los centros burgueses de las grandes ciudades, el sí prevalece ampliamente, mientras que en los suburbios, especialmente los más pobres y aquellos habitados por inmigrantes de segunda generación, donde la pobreza es más evidente y donde el problema realmente existe, los votos negativos son mucho mayores.

Suburbios: o se integran o serán cada vez más el reino del extremismo

Pero ¿quién habría dicho que en los centros ricos, bien vigilados por la policía, donde la gente frecuenta buenos restaurantes y vive en casas con aire acondicionado e insonorizadas, el problema de la seguridad se siente menos? ¡Increíble! ¿Quién lo hubiera imaginado? Quizás sea hora de dejar de tratar los acontecimientos desde un punto de vista ideológico y empezar a razonar desde un punto de vista práctico: los suburbios o bien serán integrados (no reprimidos: integrados) o serán el reino del extremismo y el abstencionismo, serán cada vez más el estómago del país, cada vez más desilusionados y radicalizados, cada vez más violentos e injustos. Y serán presa del populismo, de cualquier color, debido a la exasperación hacia una política que no aborda los problemas.